Introducción
En numerosas ocasiones, en algunas platicas entre amigos que estudiamos diferentes carreras, cuando hemos llegado a temas
políticos y filosóficos, he escuchado a varios amigos míos decir que el realismo es una teoría bélica, que lo único que hace
es incitar a los gobiernos a hacer guerras por la vil paranoia de que el hombre es malo por naturaleza y por eso hay que combatirlo.
Gracias al curso de Teoría de las Relaciones I, he aprendido más acerca de la teoría realista, y me he dado cuenta de
que la afirmación que mis amigos hacían esta lejos de lo que es el sustento teórico de la teoría realista, así pues he querido
aprovechar esta oportunidad como trabajo y este espacio, para poder dar a conocer a los demás una reflexión personal de lo
que es la relación de la teoría realista con la guerra.
Pienso que el realismo no incita a la guerra, pero si la justifica cuando se crea necesaria, esto sucede cuando el Estado
se ve amenazado y no existe otra manera más que la opción de guerra para poder hacer que los intereses del Estado se cumplan.
La historia es progresista, ya que tiende a mejorar, y a medida que vamos avanzando, la guerra se convierte en un extremo
que debería de ser difícil de llegar.
Parte de la mala fama que se le ha dado a los Estados que dicen buscar el bienestar del país, se debe a los malos funcionarios
que han tenido, y que llenos de poder han hecho lo que han querido, motivados por sus intereses personales.
Este trabajo pretender crear en el lector (a) un gusanito de curiosidad, para que se ponga a reflexionar cuando si cuando
no se cumplen los requisitos para que un Estado pueda declarar la guerra con total justificación, además de que analice de
manera personal las verdaderas intenciones de las guerras de su conocimiento personal.
|